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TERCERA ETAPA
CONFLUENCIA DE LA COLONIZACIÓN INTERIOR Y DE LA POLÍTICA
HIDRÁULICA
(PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX)
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Lo más característico de esta etapa es la progresiva confluencia
de la política de colonización interior con la política
hidráulica, la cual se presenta, a partir de los años ochenta
del siglo XIX, como la gran solución a los problemas de la agricultura
española.
Será el aragonés Joaquín Costa
quién mejor formule el significado y alcance de la política
hidráulica como fundamento de la regeneración de la agricultura
(y del "suelo de la patria") y de la modernización económica
del país. El mismo Costa vincula claramente la colonización
interior con la extensión del regadío:
("...colonicemos nuestro país duplicando
su potencia productiva, que es tanto como cuadruplicar su extensión:
conquistemos las aguas que es tanto como conquistar sus tierras..."),
y expresa el alcance de la política de colonización
interior como conquista y mejora del territorio nacional.
De este modo, la población rural se asocia a
la extensión del regadío; la colonización o el fomento
de la población rural se vincula al desarrollo de las obras hidráulicas
y de ser concebida como política autónoma la colonización
se convierte en factor dependiente, en un efecto, de la política
hidráulica.
Ahora ya no se trata de conquistar nuevas tierras
para el cultivo, sino intensificar (con el regadío) las existentes,
devolviendo al bosque las menos aptas para el cultivo. Y se exige que
el Estado asuma la construcción de las grandes obras hidráulicas.
Texto: Cristóbal Gómez Benito
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