Iglesia Parroquial de San Bruno
En nuestro paseo por el pueblo veremos la iglesia parroquial de San Bruno,
de 1968, de estilo arquitectónico contemporáneo. El templo
consta de dos naves y presbiterio, de planta rectangular, pero con uno de
sus ángulos redondeados. La irisación de la iluminación
natural que inunda la iglesia procede de las ventanas con vidrieras de colores.
En el interior podemos fijarnos en la decoración con símbolos
religiosos de estilo ingenuista como estrellas o palomas y en el altar una
talla de madera de San Isidro.
Casa Consistorial
En la Plaza España se encuentra la casa consistorial. Merece la pena
echar un vistazo al tablero que refleja las diferentes procedencias de los
vecinos de la Cartuja de Monegros con unas pequeñas banderas de Francia,
Canarias, Galicia, Extremadura, Andalucía, Cataluña, etc.
La Cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes
La ruta monumental nos lleva a un soberbio monumento, la Cartuja de Nuestra
Señora de las Fuentes, de la que tomó el nombre el pueblo,
y que fue declarada conjunto histórico-artístico en 1995.
Según la tradición, en el lugar elegido para edificarla hubo
una posada que se convirtió en ermita para albergar una imagen de
la Virgen de las Fuentes, llamada así por que fue hallada junto a
uno de los manantiales de los alrededores, que después fue conocido
como "la fuente del milagro". El siglo XVIII fue el del florecimiento
de la cartuja, pues entre 1714 y 1797 se construyó un nuevo monasterio
El imponente edificio fue construido en ladrillo y se caracteriza por su
sencillez y sobriedad, características que presentan también
la mayoría de sus dependencias; aunque no faltan las zonas más
ricas en ornamentación. En el interior, las áreas con mayor
interés desde el punto de vista artístico son la iglesia,
el camarín, la tribuna, la torres y el claustrillo con sus capillas.
A pesar del lamentable deterioro que presentan buena parte de ellas, debemos
destacar el valioso conjunto de más de doscientas cincuenta composiciones
de pinturas al fresco que cubren sus paredes, obra del fray Manuel Bayeu,
uno de los mejores conjuntos murales de Aragón. El fraile dedicó
a esta labor treinta años de su vida y, para dejar constancia de
su autoría, pintó, en una de las capillas, su autorretrato,
portando una paleta cubierta de colores. En la actualidad es propiedad de
la familia Bastarás y precisa urgente rehabilitación.
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