ORIGEN
DE LOS COLONOS |
Obreros
de las obras de infraestructura |
En el caso de Aragón,
los colonos procedían mayoritariamente de las propias zonas
de actuación: de los municipios y de la provincia en los que
se intervenía. Se trataba en estos casos de trabajadores del
propio INC que habían intervenido en la realización
de las obras de infraestructura de los regadíos y, una vez
finalizadas, se les daba opción de pasar a ser colonos con
casa y tierra, como los demás, ya fuera en el mismo pueblo
donde estuvieron como obreros o en otros pueblos de colonización
donde hubiera lotes libres. |
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Obreros
de las fincas expropiadas |
Sobre todo, eran jornaleros que
trabajaban en las fincas expropiadas y para los propietarios de la
zona y, más tarde, también pequeños agricultores
con explotaciones insuficientes. |
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Habitantes
de los pueblos expropiados en la construcción de los pantanos
y de la montaña |
Otro contingente importante procedía de la montaña
pirenaica y prepirenaica, de localidades expulsadas por la construcción
de los pantanos y por la repoblación forestal, a los que
se les daba prioridad para acceder a los lotes de colonización,
pero también hubo familias que eran de pueblos de la montaña,
en los que no se hicieron pantanos ni repoblaciones, pero que desaparecieron
por el escaso número de habitantes que tenían y las
duras condiciones en las que sobrevivian3.
3 "Yo venía de un pueblecito cerca de
Biescas, pero allí éramos unos 15 vecinos, y sin agua,
ni luz, así que nos vinimos, y no porque hicieran un pantano...
aquello desapareció hace 48 años" (Hombre 1º
generación).
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De
otras provincias de España |
Otro contingente de colonos procedían de otras provincias
y regiones (especialmente de Andalucía y Extremadura) que
trabajaban ya en la zona como jornaleros agrícolas o como
peones del INC y que se trajeron a sus familias4
. Esta diversidad de procedencias se acentúa en los últimos
pueblos que se crean. Por otra parte, uno de los requisitos fundamentales
para poder ser colono en estos nuevos pueblos, era ser un matrimonio
con hijos, cuantos más hijos mejor, así habría
más población en los pueblos.
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REQUISITOS |
Buenos
informes de la guardia civil y de las autoridades locales |
Múltiples eran pues las formas de acceder a la condición
de colono, pero siempre se debía contar con buenos informes
de la Guardia Civil y de las autoridades locales4
. Normalmente la solicitud para ser colono se entregaba en los Ayuntamientos
de los pueblos viejos, en cuyo municipio se integraba el nuevo poblado,
y tenía que estar firmada por el Alcalde del pueblo en el
que vivía la familia.
"Para la selección de los colonos había unos
baremos (...) por supuesto ser católico, creyente... todo
esto, y un certificado del párroco de su pueblo, de que era
una buena persona, o sea, un certificado religioso, político
y de la Guardia Civil, necesitaban los tres (...)" (Perito).
"Para venir aquí había que estar bien con
Dios y con la justicia y con el Movimiento, no venía cualquiera"
(Hombre 2ª generación).
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Impresiones
a la llegada |
La incertidumbre
y las dudas eran frecuentes. Al fin y al cabo, no se sabía
muy bien qué iba a ser de esos pueblos nuevos que nadie conocía
y que se consideraba que tenían las peores tierras de la finca
donde se construyeron. Pero las difíciles condiciones de vida
de los trabajadores del campo de los años 50 y 60 al final
les empujaba a tomar la decisión de solicitar un lote de colonización6
y a afrontar su nueva vida con cierta ilusión. Distinto es
el caso de las personas que tuvieron que dejar sus pueblos a la fuerza,
que no tuvieron más remedio que hacerse colonos. |
Algunos, aunque
fueron forzados, venían de una situación también
difícil, así que se plantearon el acceso a una nueva
casa y un terreno como una mejora, pero hubo otros que tenían
alguna tierra, o incluso animales o algún negocio, con lo que
la llegada a los pueblos de colonización la vivieron como una
derrota. Hay que tener en cuenta que las familias que fueron expulsadas
de sus pueblos procedían principalmente de los valles de las
montañas, donde el paisaje era verde y escarpado, con vegetación,
con ríos, y llegaron a unos pueblos que estaban construyendo
en lugares más o menos llanos, con algún barranco o
cantera, con construcciones de hormigón para los recién
creados regadíos y algo desértico. El contraste con
el nuevo paisaje les causó honda impresión . |
Existen diferencias
entre los primeros pueblos, Ontinar de Salz (Zaragoza) y El Temple
(Huesca), regados por la acequia de La Violada, donde sus habitantes
llegaron a final de los 40 y principios de los 50, y los últimos
pueblos construidos en la provincia de Huesca que fueron La Cartuja
de Monegros y San Juan del Flumen, donde los colonos llegaron a final
de los 60 y principios de los 70. La incertidumbre de los habitantes
de los primeros pueblos era mayor porque no tenían ninguna
referencia de otros pueblos de colonización. En El Temple,
por ejemplo, los primeros colonos llegaron en el año 1945,
cuando todavía no existía el pueblo, a cultivar las
tierras de la zona donde luego se construirían las casas. Procedían
de valle del río Jalón, donde hubo unos años
que el agua escaseó, y las familias vivían en los almacenes
de la casa que existía en la finca (Paridera Baja), casa en
la que se relacionaban los colonos con los ingenieros y peritos del
INC que planeaban las obras de colonización, ya que alguna
noche estos últimos dormían también allí
(dentro de la casa) . |
En los últimos
pueblos construidos por el INC, sus habitantes, antes de llegar, ya
conocían el proceso de creación de pueblos nuevos e
incluso muchos de la primera generación de habitantes de La
Cartuja de Monegros o de San Juan de Flumen eran hijos de colonos
de otros pueblos que, al casarse, podían optar a un lote. Por
tanto, ya tenían relación con lo que fue el INC y más
tarde con el IRYDA y estaban familiarizados con el funcionamiento
y el trabajo en estos pueblos. Así, en las últimas fases
de construcción de los pueblos, se introduce una nueva vía
de ser colono, que era el de ser matrimonio donde ambos cónyuges
o uno de los dos fuese hijo/a de colono, aunque no tuvieran hijos.
En estos últimos pueblos también se corrigieron algunas
cosas que no dieron resultado en los primeros pueblos del INC, como
veremos más adelante. |
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La llegada |
El traslado a los
nuevos pueblos cada uno lo hacía como podía: algunos
en taxi, si procedían de los pueblos cercanos volviendo más
tarde a por alguna cosa que dejaron en la casa de la que se fueron;
otros cargaban en un carro los enseres que cupieran y, con toda la
familia, hacían el trayecto de una sola vez. Muchas de estas
familias eran numerosas, con cuatro y cinco hijos y, en algunos casos,
venía el padre o la madre (ya viudos) de alguno de los cónyuges,
con lo cual el espacio para poder transportar muebles o ropa era bastante
reducido, aunque a veces una mesa y unos platos era todo lo que tenían
. |
A las primeras familias en llegar
al pueblo les podía esperar el perito junto con el mayoral
para enseñar a los recién llegados cuál era su
casa y dónde estaban su huerto y su lote de tierra, a las familias
que iban llegando más tarde, eran los primeros colonos los
que los recibían y esto se convertía en todo un acontecimiento
. La ocupación de los pueblos no se realizaba de una sola vez,
sino que había un tiempo entre los 8 meses y un año
(dependiendo del tamaño del pueblo) durante el cual iban llegando
poco a poco las distintas familias, incluso aunque la mayoría
procediera del pueblo viejo más cercano. Había otros
casos en los que el lapso de tiempo fue mayor, porque el pueblo se
construyó en varias fases, pudiendo pasar dos o tres años
hasta que se ocupó. |
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El sorteo
de lotes |
El sorteo de los
lotes, es decir la casa, la parcela y el huerto (aunque el término
lote se utiliza normalmente para nombrar la parcela de tierra únicamente)
se solía efectuar en el Ayuntamiento del pueblo cabecera del
Término Municipal, donde tenían que dejar los futuros
colonos su solicitud, o sobre el terreno de las parcelas para que
cada uno pudiera ir a verlas. La persona que llevaba a cabo el sorteo
era el perito o el ingeniero de la zona, y en su defecto, alguna persona
del INC. |
Cada lote tenía
un número y el padre de familia, que era el colono, cogía
un número y el lote que llevara ese número era el que
se le adjudicaba. Por ejemplo, un sorteo se podía efectuar
con papeles con un número escrito, doblados y metidos en una
boina que sujetaba el perito y de la que cada colono, uno detrás
de otro, cogía su número.
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Los futuros colonos que trabajaban
realizando las nivelaciones en las parcelas o construyendo las acequias,
conocían antes del sorteo las parcelas y muchos de ellos vieron
cómo se construía el pueblo en el que iban a vivir.
Pero otros muchos, el día que llegaban al pueblo para vivir
era la primera vez que lo veían, y también las parcelas,
aunque viniesen del pueblo viejo que estaba tan solo a 4 o 5 Km, y,
desde luego, éste era el caso de la mayoría de las mujeres
y niños que llegaban con sus maridos o con sus padres. |
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Planificación |
Al principio, en
cada pueblo se instalaba un colono con un lote piloto que servía
de referente a los demás y les enseñara la cultura del
regadío. Esta figura se enmarcaba dentro de la idea, que el
Ministro Cavestany defendió tras conocer el ejemplo de Estados
Unidos, de planificar la colonización como viviendas unifamiliares
aisladas, construidas dentro de cada parcela, y no conformando un
núcleo urbano. Así, parece que hubo un intento de poner
esta idea en práctica, pero no tuvo éxito por las dificultades
técnicas en la incorporación de las infraestructuras
básicas en cada una de las casas y, sobre todo, por el aislamiento
social que suponía para sus habitantes y el rechazo que expresaban
los colonos . Finalmente la idea de las casas aisladas en los lotes
quedó reflejada únicamente en la figura del colono del
lote piloto, pero tampoco duró mucho.
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Pero hubo una excepción en un pueblo donde esta idea se
llevó a cabo, fue en Sodeto (regado por el canal del Flumen),
donde se construyeron unas 14 viviendas aisladas dentro de cada
parcela (llamadas "torres"), en siete de las cuales vivieron
las primeras familias de colonos que llegaron en 1959 a lo que,
más tarde (1963), fue el pueblo de Sodeto. Las demás
casas no llegaron a ocuparse.
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La llegada de estas siete familias a las casas dentro de las parcelas
fue una situación particular, ya que no llegaron a un pueblo
más o menos ocupado o más o menos terminado, sino
que llegaron a un lugar donde estaba únicamente su casa con
la parcela, y algún vecino a uno o dos Kms.
Una vez que se construyó el pueblo y empezó a ocuparse,
estas primeras siete familias se trasladaron a vivir al pueblo a
una nueva casa, aunque conservaron "la torre" y seguían
cultivando el mismo lote. Por lo tanto, ellos también vieron
construir su futuro pueblo.
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Los
lotes recibidos |
Las casas tenían dos alturas, una cocina abajo y las habitaciones
arriba, un patio para los animales y el almacén.
No tenían ni luz ni agua, cogían el agua de la acequia,
una situación habitual compartida por la mayoría de
los colonos los primeros años.
La parcela era de unas 7 has, y el INC les daba una yegua y una
vaca, aparte de las semillas y el abono para cultivar una tierra
que necesitaba mucho trabajo para poder producir .
Al llegar, recibían de Colonización la casa, un huerto,
la parcela, una yegua, un remolque, una vaca, algunos un macho,
algún cerdo, y las semillas y el abono para poder cultivar.
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Así pues, se puede decir
que la llegada a los pueblos nuevos se hacía de forma escalonada,
cada familia traía lo que pudo subir al carro o al taxi, y
normalmente llegaban ilusionados y expectantes. |
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Las
familias |
Muchas familias eran numerosas,
con más de tres hijos, ya que era un punto a favor para poder
ser colono, y dependía mucho de las edades de los hijos que
se pidiera más o menos ayudas para cultivar la tierra o más
o menos animales: si los hijos eran mayores podían ayudar al
padre en el trabajo en el lote, o ir a trabajar "a jornal",
y las hijas ayudar a la madre en la casa y sobre todo con los animales
. Estas estrategias eran fundamentales al principio, todo lo que el
INC daba a los nuevos habitantes era una forma de endeudarse para
la familia, que tenían que ir pagándolo cada año
. En este primer momento era muy importante el disponer de alguna
propiedad o algún ahorro, el ser agricultores o jornaleros,
todo ello condicionaría la evolución de las familias
y las estrategias seguidas. |
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Baja
calidad de la tierra |
Cada lote de tierra estaba concentrado
en una misma parcela (excepto en el caso de los últimos pueblos
construidos en al provincia de Huesca -Cartuja de Monegros y San Juan
de Flumen- donde el lote estaba repartido en dos parcelas separadas
para repartir la tierra buena y la mala), y en cada pueblo los tamaños
eran similares, aunque alguno podía ser algo más grande
para compensar que la tierra era peor. No todos los lotes tenían
la misma calidad. El tamaño del lote solía estar entre
las 7 has de los primeros pueblos, y las 14 has de los últimos
pueblos construidos, fue aumentando de los primeros pueblos a los
últimos porque, a su vez, aumentó la mecanización
del trabajo en el campo (en el último tramo había tractores
desde el principio), y la extensión de la parcela se realizaba
en función de la estimación de la producción
total del lote y la cantidad que se consideraba suficiente para una
familia .
La calidad de las tierras era distinta según las zonas
o la situación, pero en general no era buena. Hubo colonos
que al ver la mala calidad de las tierras, renunciaban a su lote
y lo pedían en otro pueblo. Fueron tierras de secano, o tierras
incultas; en muchas había salitre, piedras y la capa más
fértil que pudieran tener había sido movida al realizar
las nivelaciones de las parcelas que llevaba a cabo el INC. Las
acequias que llevaban el agua a cada parcela estaban construidas,
pero dentro de cada parcela no estaban hechos los desagües,
ni las acequias más pequeñas, y, en muchos casos,
los colonos tuvieron que realizar nuevas nivelaciones. Eran tierras
que necesitaban mucho trabajo para que pudieran producir.
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Los
pueblos |
El tamaño de los pueblos
se diseñaba en función del tamaño de la finca
y de los lotes de tierras que se pudieran hacer, a cada uno de los
cuales le correspondía una casa en el pueblo, aunque, como
veremos, esta relación de una casa-un lote no siempre se cumplía
en la práctica y llegaron a sobrar casas . El número
de casas era diferente en cada pueblo, por ejemplo en El Temple se
hicieron 120, 45 en Valsalada, 180 en Bardena, 84 en Sodeto y 200
en Cartuja de Monegros. Los habitantes de tres pueblos pequeños
muy cercanos, como Valsalada, San Jorge y Artasona del Llano, cada
uno con unas 45 casas, piensan que un sólo pueblo más
grande hubiera sido más beneficioso para ellos en los comienzos
porque, por ejemplo, el almacén estaba en uno de ellos .
Las casas de los colonos eran de planta baja o de dos plantas (dependiendo
del pueblo) y de diferentes tamaños, normalmente de dos tipos
(las de obrero eran más pequeñas), que se asignaba
a cada familia dependiendo del número de miembros que la
formaran, cuantas más personas, más grande, aunque
en muchos casos esta situación no se tuvo en cuenta y se
sortearon los lotes sin considerar el tamaño de las familias.
Muchos colonos hubieran preferido que sólo se hubieran hecho
casas de un tipo, porque al no realizarse siempre un reparto justo
conforme a las necesidades de cada familia, se provocaron ciertas
situaciones de desigualdad en los pueblos . Pero independientemente
del tamaño de las casas, las condiciones de las mismas a
la llegada eran similares: no había luz ni agua, el baño
(sin taza) solía estar en el patio, no había mobiliario
y la parte que cobraba más importancia era la cocina, donde
más vida se hacía. El espacio total ocupado por la
casa era grande (unos 150-200 metros cuadrados) pero la mayoría
estaba destinado al patio con el corral para los animales y el granero
para almacén, haciendo más reducido el espacio habitable.
La frase que más se ha repetido al comentar la primera impresión
que provocó la casa es "parecía un palacio"
. Pero las condiciones iniciales de las casas mejoraron en los últimos
pueblos creados por el INC a finales de los 60. Aunque las calles
no estaban asfaltadas, las casas tenían agua y luz.
En cuanto a los pueblos, a la llegada de los primeros habitantes
estaban normalmente sin acabar, no existía todavía
el alcantarillado, las calles eran de tierra, no había luz
en las calles y tampoco agua. La luz llegó antes, pero algunos
estuvieron sin agua corriente unos 5 años. La plaza del pueblo
sí estaba construida, parece ser que era lo primero que se
hacía, con la iglesia (aunque no se utilizaba hasta que no
llegara el cura), la casa del cura, el edificio destinado más
tarde al Ayuntamiento, las casas de los artesanos y los edificios
que podían no estar en la plaza pero que también estaban
destinados a un uso concreto, como las escuelas, la casa de los
maestros, el almacén, etc.
A la llegada al pueblo, a los colonos les impresionaba la sensación
de organización y homogeneidad del pueblo, las casas y los
edificios eran todos de los mismos materiales (ladrillo o piedra)
y estaban todos diseñados bajo un mismo patrón, la
urbanización estaba organizada linealmente. Estos trazados
urbanos contrastaban con los de los pueblos de procedencia .
La diversidad de procedencias de los colonos dio lugar a unas comunidades
donde la gente no se conocía entre sí, salvo algunos
grupos formados por colonos originarios de una misma localidad o
comarca. El caso más frecuente era el de los colonos procedentes
del pueblo viejo más cercano. En los casos de Valsalada,
San Jorge y Artasona del Llano, que pertenecen al municipio de Almudévar
(Huesca) y de Bardena, que pertenece a Ejea de los Caballeros (Zaragoza),
esta proporción de familias procedentes del pueblo viejo
es mayor que en otros pueblos, en los tres primeros pueblos podemos
decir que el 80% de sus habitantes proceden de Almudévar,
por lo que los nuevos habitantes no eran del todo desconocidos los
unos de los otros.
Existían diferencias, entre algunos de los vecinos de los
pueblos viejos de los que partían los colonos y los propios
colonos, en la forma de ver el proceso de colonización. Para
los primeros, las familias que se iban, dejaban una situación
complicada por otra aún peor ya que entendían que
iban a vivir y trabajar en una tierra que ellos conocían
hasta ese momento como terrenos sin cultivar y tierras áridas
de las que iban a sacar escasa producción y que, en cierta
medida, pertenecían al pueblo (aunque hubiesen sido expropiadas).
Así, esta visión de los pueblos de colonización
se convertía en frases algo despectivas cuando veían
partir a las familias de su pueblo, o a las que llegaban de otras
zonas. Frases que contrastaban con la ilusión y la incertidumbre
positiva que sentían los colonos .
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El desarrollo
de la explotación |
La primera etapa del trabajo
de los colonos estaba marcada por el periodo de tutela, lo que quiere
decir que el INC ofrecía a los colonos las herramientas y animales
necesarios para comenzar a trabajar la tierra y poder alimentarse
ya que la mayoría de ellos carecían de animales o de
los aperos necesarios para el trabajo en la tierra . También
el INC les proporcionaba otros medios de producción si los
necesitaban, pero eso suponía una mayor deuda del colono respecto
al Instituto y muchos preferían tener que pedir lo menos posible
.
El principal problema con que se enfrentaban los colonos era el
de los propios suelos. Ahí residía la auténtica
labor colonizadora: convertir suelos improductivos y de mala
calidad en suelo productivos, aptos para los nuevos cultivos.
Así que los primeros años fueron los más difíciles:
la baja calidad de la tierra hacía que la cosecha del año
fuera muy escasa. De modo que, en muchos casos, no llegaba para
pagar la deuda con el INC . Esta fue la causa de no pocos abandonos
de colonos incapaces de salir adelante.
Los primeros cultivos fueron el maíz, alfalfa, trigo,
remolacha y arroz, por ser los que se podían adaptar
mejor a los suelos de las zonas. En particular, el arroz era
necesario para desalinizar los suelos mientras que otros como
la remolacha respondían a la demanda de las azucareras
existentes en la zona. El tipo de cultivo estaba condicionado por
la calidad de la tierra y el regadío, por los cultivos que
ya conocían los colonos en su zona de procedencia, por la
actividad anterior que tuviera el colono y, parece que en menor
medida, por las directrices del INC . En la práctica, era
cada colono el que decidía cómo trabajar su lote.
Aunque la gran mayoría de los colonos ya tenían
experiencia en el cultivo de la tierra, muchas veces desconocían
las condiciones de los nuevos cultivos. En ese caso, la observación
de lo que hacía el vecino o los comentarios entre unos y
otros servía para ir aprendiendo. Otras veces, la presencia
de colonos llegados de fuera de Aragón y con experiencia
en diferentes cultivos como las hortalizas, frutales o el arroz,
sirvieron de ejemplo.
Algunos pueblos de colonización fueron precursores en su
zona en algún tipo de cultivo, influyendo en el cambio de
cultivos de los agricultores que no eran colonos. Había también
colonos más inquietos, y que sólo trabajaban en su
lote, que, aunque eran de la zona donde se construyeron los pueblos
de colonización, aprendieron por su cuenta, viajando a otras
zonas, cómo cultivar los frutales y las hortalizas, y se
dedicaron a estos cultivos, como por ejemplo en El Temple, Ontinar
de Salz, La Cartuja de Monegros, San Juan del Flumen o la zona de
las Bardenas (donde hay más influencia de las conserveras
navarras) . En estos casos, como en otros menos innovadores, los
colonos eran agricultores apegados a la tierra, y entendían
el trabajo en la tierra como única forma de producción
y medio de vida, a pesar del duro trabajo que suponía . Fueron
colonos que pusieron todo su empeño en sacar adelante su
explotación, cultivando únicamente en la misma ayudados
por sus hijos, trabajando bien la tierra e invirtiendo la producción
en mejorarla. Pero también contaba la calidad de las tierras,
que difería de unas zonas a otras.
En los casos en los que el padre de familia o algún hermano
mayor habían trabajado, antes de ser colonos, como jornaleros
en los trabajos del INC o en otras explotaciones ajenas, lo siguieron
haciendo una vez que recibieron su lote, ya que era un trabajo adquirido
que daba un dinero que nunca venía mal. Estas familias, a
no ser que tuvieran 2 o 3 hijos mayores que pudieran trabajar la
tierra más intensivamente, tuvieron cultivos como la alfalfa,
el cereal, cultivos que necesitaban menos mano de obra. Son colonos
que también han trabajado duramente, después del trabajo
fuera de su casa debían trabajar su propia explotación
. Además de estas dos formas diferentes de afrontar la situación
de los primeros años en los pueblos de colonización,
existieron otras maneras de desarrollo de los lotes que combinaban
distintos elementos, por ejemplo, colonos que habían sido
ganaderos en la montaña, se dedicaron más a los animales.
Pero, como ya se ha señalado anteriormente, muchas familias
tuvieron que irse en los primeros años porque no pudieron
producir lo suficiente para pagar al INC y para comer. Solían
ser familias numerosas de matrimonios jóvenes con hijos pequeños
que no podían ayudar a los padres con el trabajo en la tierra
o fuera de la casa con un jornal. En otros casos, la razón
del abandono o expulsión del pueblo se achacaba a la falta
de trabajo de los colonos .
Cuando llegaron los colonos a los pueblos, las grandes infraestructuras
de regadío ya estaban terminadas y a todas las parcelas llegaba
el agua, excepto, durante un pequeño periodo, en el primer
pueblo que se construyó en Zaragoza, Ontinar de Salz. Pero
la construcción de acequias dentro de las parcelas, los desagües,
o la retirada de piedras, tuvieron que realizarlos los colonos.
También llevaron a cabo segundas nivelaciones de las tierras,
con los tractores que el INC ponía a su disposición
y cuyos servicios tenían que pagar. En cada pueblo de colonización
había unos cuantos tractores propiedad del INC, que administraba
el mayoral, y que eran conducidos por tractoristas que cobraban
por ese trabajo, normalmente obreros con casa en el pueblo. Podía
haber también algún colono con tierra que logró
hacerse con un tractor propio y trabajar para el INC en las tierras
de otros colonos. Estos tractores eran alquilados por horas por
los colonos para trabajar sus tierras, ya fuera para hacer esas
segundas nivelaciones o para otras tareas agrícolas, y el
mayoral llevaba un registro donde quedaba escrito el tiempo y la
persona que lo había utilizado. Esto funcionó hasta
que los colonos pudieron ir mecanizando su trabajo (años
60) y se compraron su propio tractor. En el caso de los pueblos
de Cartuja de Monegros o San Juan del Flumen, construidos al final
de los años 60, al llegar los colonos al pueblo, la mecanización
en la agricultura estaba mucho más extendida, por lo que
pronto los colonos trabajaron con su propio tractor.
Algunos colonos opinan que desde el INC se diseñaron estos
pueblos sin prever que en unos años el trabajo estaría
mecanizado y no se haría todo manualmente. Una de las razones
que sustentan esta opinión es que en la mayoría de
las casas el tractor no cabía por la entrada del patio o
el corral, la entrada no estaba prevista para un tractor, así
que, los que pudieron, tuvieron que hacer una entrada mayor para
poder guardar el tractor y poder descargarlo . Tampoco se tuvo esto
en cuenta en los últimos pueblos creados, donde el tractor
era ya un medio común de trabajo, pero como los pueblos estaban
diseñados años atrás, no se modificaron estos
elementos de acuerdo a los cambios acaecidos en la agricultura.
Otras cosas sí se tuvieron en cuenta en estos pueblos últimos,
por ejemplo, los colonos no recibían ya una yegua y un carro
para labrar la tierra, los lotes eran algo mayores (de unas 14 o
16 has.), se dieron tierras en parcelas separadas para compensar
las distintas calidades de las zonas y el periodo de tutela fue
menor que en los demás pueblos.
En la vida de los nuevos pueblos y en el desarrollo de las nuevas
explotaciones jugó un papel importante la figura del mayoral.
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El mayoral |
Los mayorales eran, dentro del
personal que pertenecía al INC, los que más contacto
tenían con los colonos al vivir en el pueblo y formar parte
de la vida cotidiana del mismo. Podían asesorar a los colonos
en temas relacionados con el cultivo de la tierra, pero muchos colonos
no necesitaban ese tipo de asesoramiento o ayuda porque sabían
cómo realizar su trabajo o creían que sabían
más ellos mismos. Así, el mayoral realizaba normalmente
tareas más dirigidas al control de los materiales, tractores
y ganado que el INC aportaba a los colonos en el periodo de tutela,
o la administración del agua para regar. Su labor de seguimiento
de las cuentas de los colonos y de intermediario entre los colonos
y el INC era fundamental, por esta razón, en los años
en los que los que el INC ejercía un control directo y de tutela
sobre los pueblos, la labor del mayoral podía extenderse hasta
la resolución de problemas cotidianos entre los colonos que
nada tenían que ver con el trabajo en la tierra. Tenían
una relación directa con el perito, que solía pasar
cada semana, al menos, por los pueblos, y con él tomaba las
decisiones y le informaba sobre la situación del pueblo y los
colonos, aunque el jefe último era el ingeniero de zona .
Dada esta situación de intermediario entre los colonos y
los peritos o ingenieros (cuya presencia en los pueblos era menor),
surgían ciertas diferencias o desconfianzas entre los mayorales
y los colonos, cuando estos últimos no estaban de acuerdo
con las decisiones que el INC tomaba y que se personificaban en
el mayoral, como el control del pago o la obligatoriedad de realizar
labores que no creían que las tuvieran que realizar ellos
como regar los pinos de los bosquetes de los pueblos. No hay que
olvidar que se estaba bajo un régimen autoritario y paternalista
y la vida en los pueblos de colonización era de mucho trabajo
y escasez .
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El périto |
La figura del perito era menos
conflictiva porque era un hombre que se veía más lejano
y distante a los colonos socialmente, y, en algunos casos, era el
perito el que tenía que realizar la labor de intermediario
entre los mayorales y los colonos. Pero, a parte de las diferencias
que podían surgir, los mayorales eran respetados y, tanto ellos
como los colonos, sabían que cada uno tenía su papel
dentro de la obra de colonización. Cuando esto no se tenía
en cuenta eran las relaciones personales las que contaban, tanto para
bien como para mal . |
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El presente |
Los pueblos de colonización
comparten en el presente ciertas problemáticas ligadas a la
situación de la agricultura y el mundo rural en general, pero
algunos aspectos, como la existencia de tres generaciones en unos
pueblos y de dos generaciones en otros, o los años de historia
de cada pueblo, suponen diferencias. La década entre 1955 y
1965 fue cuando se crearon la mayoría de los pueblos de colonización
en las provincias de Zaragoza y Huesca. En esta última provincia,
si se trazase una línea cronológica de izquierda a derecha,
Ontinar de Salz y El Temple estarían situados en el extremo
izquierdo, se crearon alrededor del año 1950, y Cartuja de
Monegros y San Juan de Flumen se situarían en el extremo derecho
ya que fueron construidos en 1968-69. Las diferencias mayores en el
desarrollo de las generaciones se encuentran entre estos pueblos;
en los primeros (que tienen 50 años de historia), la tercera
generación se encuentra entre los 20 y los 30 años;
en los últimos (con 25 años de historia), son los jóvenes
entre esas edades los que forman la segunda generación. En
los demás pueblos sí hay tercera generación y
sus edades oscilan desde los 12-14 años hasta cerca de los
30.
La familia en los pueblos de colonización se ha transformado
con el paso del tiempo. En la actualidad las casas no están
ocupadas únicamente por familias de matrimonios con hijos
jóvenes, como ocurrió en los primeros años,
sino que existen diferentes tipos de núcleos familiares.
Hay matrimonios de personas mayores que viven solos; matrimonios
de personas mayores que viven con un hijo soltero adulto que trabaja
la tierra; mujeres u hombres mayores y viudos que viven solos; matrimonios
de adultos con una media de dos hijos, y que en algún caso
viven con el suegro o la suegra viudos; también existen,
aunque es menos común, matrimonios jóvenes sin hijos
o con un hijo pequeño. El pueblo ha ido envejeciendo con
sus habitantes y, de una población principalmente joven en
el comienzo de los pueblos de colonización, se ha pasado
a una población mayor y una menor presencia de la juventud.
Algunos factores que pueden explicar este proceso son:
1) Pocos matrimonios de mayores se han ido del pueblo a vivir a
la capital de provincia o con algún hijo, la mayoría
de ellos permanecen en el pueblo, lo que aumenta la edad media de
sus habitantes.
2) Entre los que ahora son adultos (30-65 años), la media
de hijos por matrimonio ha descendido hasta dos. Además,
entre los adultos, es difícil encontrar a todos los hermanos
en un mismo pueblo, ya que sólo se ha quedado aquella persona
que ha heredado el lote o aquélla que se ha casado con una
persona heredera, o aquéllos que pudieron quedarse con un
lote de los que fueron abandonados, o al menos una casa. Los que
no se quedaron en el pueblo normalmente se fueron a trabajar a la
capital de provincia o al pueblo cabecera del Término Municipal,
disminuyendo el número de matrimonios y la posibilidad de
nuevos nacimientos en el pueblo. Dado que hay más hombres
herederos que mujeres, muchas de ellas se casaron con gente de fuera
y dejaron el pueblo, muy pocas mujeres solteras llegaban de otros
pueblos, lo que provocó que algunos herederos se quedasen
solteros y sin hijos.
3) En cuanto a los que ahora son jóvenes (3ª o 2ª
generación), la mayoría estudia o trabaja fuera, en
Huesca o Zaragoza, y vuelven al pueblo los fines de semana o una
vez al mes. Otros, aunque también estudian o trabajan fuera,
hacen el recorrido hasta el lugar de estudio o trabajo cada día
y duermen en el pueblo, en casa de los padres. Muchos menos son
aquéllos que se quedan en el pueblo trabajando el lote de
los padres. Entre los jóvenes, son las mujeres las que más
salen fuera del pueblo a estudiar, y por tanto las que tienen más
probabilidades de establecerse en el lugar donde hayan estudiado.
Los hombres salen también a estudiar o trabajar, pero si
hay tierra que trabajar, se quedan antes ellos que sus hermanas,
como hicieron sus padres. Una diferencia importante entre las jóvenes
y sus madres es que las primeras salen del pueblo para estudiar
o trabajar, y sus madres salían del pueblo para casarse.
A esto hay que sumarle que los jóvenes se casan más
tarde de lo que lo hicieron sus padres.
Este proceso de envejecimiento no es único de los pueblos
de colonización, se ha dado una evolución similar
en el resto de los pueblos pequeños de España, pero
en los primeros el proceso ha sido amortiguado por la inyección
de población joven que supuso la llegada de las familias
numerosas.
La obligatoriedad de que el lote sólo podía ser heredado
por un único hijo ha sido importante a la hora de decidir
quién se quedaba en el pueblo y quién buscaba otro
lote u otro medio de vida fuera del pueblo. En algún caso
ha supuesto un conflicto familiar, pero parece que la mayoría
de las familias han resuelto este problema de una forma consensuada,
de acuerdo a la situación de cada hijo, e intentando compensar
o mejorar a los que no recibía el lote. No todos los hijos
e hijas querían recibirlo, por ejemplo, los que desde jóvenes
trabajaban fuera de la explotación y disponían de
un trabajo, o los que se casaron con una mujer o un hombre que había
heredado el lote, o aquéllos que estudiaron una carrera en
Huesca o Zaragoza y se quedaron allí viviendo, o simplemente
el que el trabajo en la tierra no le gustaba y recibir el lote suponía
una carga que no querían . En muchos casos la herencia del
lote todavía no se ha producido y, en la actualidad, algunos
optan por venderlo (a vecinos del pueblo o a otros propietarios)
y repartir el dinero entre los hijos, y otros dejan que la decisión
la tomen los hijos una vez que los padres hayan muerto. Mientras,
el lote se arrienda y es un aporte económico a la pensión
de jubilación con la que vive el matrimonio de mayores .
El problema más repetido y alrededor del cual giran muchas
explicaciones de la situación actual de los pueblos es que
el tamaño de los lotes, de las parcelas de tierra, se considera
insuficiente para que una familia pueda vivir de él exclusivamente.
Algunos lotes han aumentado por el reparto de nuevas tierras que
el IRYDA compró (como es el caso de Sodeto), o por la compra
particular de pequeñas parcelas, pero no han sido estas prácticas
generalizables a todos los pueblos . Todos los colonos que trabajan
la tierra tienen maquinaria suficiente para trabajarla pero, a pesar
de que la producción es mucho mayor que hace 25 años
(por la maquinaria y por la mejora de la calidad de las tierras),
el dinero que obtienen con ella no es suficiente. Los precios de
venta de los productos cosechados han bajado y el coste de inversión
en maquinaria, abonos, gasóleo, agua, mejora de regadíos,
etc., necesarios para la producción, ha aumentado, así
que el porcentaje de beneficio para el agricultor y su familia es
muy bajo .
Las subvenciones que reciben de la Unión Europea a través
de la PAC (Política Agrícola Común) por cultivar
cierto tipo de cultivos, como es el caso del maíz, son criticadas
por los agricultores de los pueblos de colonización porque
consideran que es un freno a la producción que afecta de
forma negativa a la economía del pequeño agricultor
mientras que favorece a los grandes propietarios de tierras que
reciben una elevada cantidad de dinero por cultivar el producto
que es subvencionado, ya que se recibe por hectárea cultivada
y no por el total del producto .
Existe una idea generalizada entre los habitantes de los pueblos
de colonización de que la agricultura no es apoyada desde
ninguna institución y son los propios agricultores los que
tienen que resolver los diferentes problemas para seguir adelante,
tarea que en ningún caso resulta fácil . Piensan que
existe una imagen falsa sobre los agricultores, ya que no se queda
en la tierra el que no sabe hacer otra cosa sino que la labor de
un agricultor es una tarea complicada que implica diversos conocimientos
. Así, en la actualidad hay pocos hombres (cerca de un tercio
de los que había en los primeros años) que se dediquen
exclusivamente a la agricultura y estén dados de alta en
el Régimen Especial Agrario. Estos hombres son adultos que
en muchos casos trabajan lotes arrendados a los vecinos que no trabajan
su tierra.
Los tipos de cultivos de estas tierras siguen siendo maíz,
alfalfa, arroz. También existen agricultores que se dedican
al cultivo de las hortalizas (patatas, pimientos, cebollas), no
subvencionadas por la PAC porque el precio de venta no ha bajado
tanto, pero que plantea dificultades al agricultor por la necesidad
de una mano de obra intensiva en el momento de la siembra y sobre
todo en la recogida. En la zona de Bardenas, esta necesidad de mano
de obra que en los primeros años se intentaba suplir con
la familia y con los vecinos, en la actualidad es un trabajo que
llevan a cabo inmigrantes norteafricanos fundamentalmente, mientras
que en la provincia de Huesca y en Ontinar de Salz, son los gitanos
los que desempeñan esta labor. En ambos casos, existen dificultades
a la hora de contratar a estas personas durante un periodo de tiempo
corto pero intensivo, ya que los agricultores dicen que no tienen
las infraestructuras suficientes para acoger a todos los trabajadores
en buenas condiciones y, por otro lado, tampoco es fácil
la contratación al carecer muchos de ellos de los papeles
necesarios para poder trabajar de forma regularizada. Creen que
es un problema estructural en el que las instituciones han de tomar
partido. Existen también, según los agricultores,
diferencias culturales que afectan de forma negativa a sus relaciones
o a la forma de entender el trabajo en la tierra.
Por otra parte, hay colonos que están especialmente sensibilizados
con el tema de la inmigración porque ellos mismos se consideran
inmigrantes en sus pueblos, también llegaron de fuera, con
costumbres diferentes, y se ha podido trabajar y convivir bien,
aunque creen que su proceso migratorio estuvo más regulado
y planificado que en la actualidad .
En tierras dedicadas al cultivo de la hortaliza, algunos agricultores
han introducido el riego por aspersión, que es más
adecuado para estas plantas que el riego "a manta" o por
inundación que se utiliza en los demás cultivos. Además
permite la planificación de las horas de riego sin necesidad
de que el agricultor esté presente y pase horas en el campo
controlando el agua. No todos lo tienen porque necesita una fuerte
inversión para su instalación.
El ganado ha desaparecido de los pueblos, pero hay colonos o hijos
de colonos que se dedican a la ganadería y tienen granjas
de terneros, vacas, cerdos u ovejas. La granja suele estar en el
lote de tierra y el resto puede ser utilizado como forraje para
el ganado. Hay otros agricultores que siguen innovando con los cultivos
y han incorporado la agricultura ecológica, en la que no
se utilizan productos químicos, y que cada vez es más
valorada en el mercado.
A los problemas derivados de la escasez del tamaño del
lote, de la baja remuneración del agricultor, de la consiguiente
falta de dinero para invertir en mejoras de producción y
de la bajada de los precios de venta, se suman dos problemas de
actualidad que les afectan de forma negativa tanto a agricultores
como a ganaderos, y que son la aprobación del Plan Hidrológico
Nacional y la enfermedad de las "Vacas Locas", que ha
supuesto un duro golpe para la comercialización de la carne
y una bajada importante del precio. El agua es fundamental para
los agricultores de los pueblos de colonización, ya que surgieron
precisamente por la transformación de tierras de secano en
tierras de regadío, y piensan que si tuvieran que utilizar
menos agua, no sería posible mantener la tierra . Consideran
que el cambio de las tierras de secano a tierras de regadío
se ha logrado, a pesar de que algunas infraestructuras se van quedando
algo anticuadas y no se han efectuado cambios desde su construcción
hace 50 años. Cada agricultor, de forma particular, es el
que introduce mejoras si puede hacerlo. El regadío ha supuesto
un cambio importante del paisaje en las zonas en las que se ha introducido.
La situación problemática en la que se encuentra
la agricultura, según los colonos, hace que sean pocos los
jóvenes y los adultos que quieran quedarse trabajando la
tierra o con ganado, y pocos mayores y adultos agricultores que
animen a ello . Así que muchos lotes de matrimonios mayores
que no pueden trabajar solos la tierra y que ningún hijo
la quiere trabajar tampoco, son arrendados o vendidos. Los compradores
o arrendadores pueden ser vecinos del mismo pueblo de colonización,
como antes se ha dicho, pero pueden ser también grandes propietarios
de la zona, con lo cual se puede dar la paradoja de que haya hijos
de colonos que trabajen como jornaleros las antiguas tierras de
un colono que ahora son de un gran propietario. A pesar de las dificultades,
los que siguen labrando sus tierras encuentran ventajas en su trabajo
y disfrutan con él .
Los agricultores y ganaderos de los pueblos de colonización
pertenecen mayoritariamente al sindicato UAGA-COAG, el de mayor
implantación en la zona, y participan activamente en las
reuniones y movilizaciones que se organizan junto a los agricultores
y ganaderos de los pueblos viejos. También forman parte del
sindicato de regantes, necesario para el reparto y la gestión
del agua entre los agricultores.
En la actualidad, en algunos de los pueblos grandes de colonización,
como Ontinar o Bardena, se han construido nuevas casas y se planifica
construir más para los jóvenes que quieran quedarse
en el pueblo o para las personas que compran una casa para pasar
el fin de semana y el verano. Los habitantes de estos pueblos, con
una población de más de 600 personas y que han crecido
urbanísticamente, hablan de distintos barrios dentro del
pueblo y del casco antiguo, es decir, ya hay zonas diferenciadas
por su construcción en distintos momentos de la historia
del pueblo. Un factor importante para el crecimiento de estos pueblos
ha sido la cercanía y la buena comunicación con un
pueblo viejo importante o con una ciudad como Zaragoza. En el caso
de Ontinar, la autopista Huesca-Zaragoza pasa al lado del pueblo,
y Zaragoza está a 30 minutos en coche, lo cual supone una
ventaja para los que viven en el pueblo y trabajan fuera, y para
los de fuera que pasan una temporada en el pueblo. Esta situación
provoca también que el pueblo sea un lugar de paso para los
conductores que paran a comer, fomentando así la hostelería.
En definitiva, en estos pueblos grandes con buenas comunicaciones,
aunque siguen siendo eminentemente agrícolas, han surgido
nuevas oportunidades de desarrollo económico distintas a
la agricultura, como es la hostelería, ser lugar de segunda
residencia, la construcción, el comercio, etc. En Bardena,
una fuente de trabajo para hombres y mujeres, distinta a la agricultura,
es la elaboración de cables en el propio domicilio, como
trabajadores autónomos, para una fábrica de coches
en Pamplona, otros trabajan en las fábricas de Ejea de los
Caballeros. Siempre está presente en el discurso de los informantes
la necesidad de una industria para que la gente del pueblo pueda
trabajar en ella y no tenga que marcharse, y sea, además,
una salida a la dificultad del trabajo en la agricultura .
Pero esta situación de crecimiento no se puede generalizar
al resto de los pueblos de colonización, dado que cada vez
hay más habitantes que se van a Huesca o a Zaragoza a vivir
y ven la falta de gente joven como un problema importante. Aunque
hubo un momento, como se ha comentado más arriba, en que
existieron casas vacías que se ocuparon por matrimonios jóvenes
de segunda generación, hubo muchas personas de esa generación
(la más numerosa) que tuvo que buscarse una residencia fuera
del pueblo por falta de casas y por falta de trabajo en el mismo.
La construcción de nuevas casas en los corrales de las antiguas
fue una práctica que se prohibió, por lo que la posibilidad
de que los jóvenes tuvieran una residencia en el pueblo se
vio también limitada .
De esta forma, existen dos problemas diferentes relacionados con
la vivienda: 1) En los pueblos grandes que se encuentran en crecimiento,
la falta de suelo urbanizable, debido a que el núcleo urbano
estaba delimitado por los bosquetes y no se pensó en su crecimiento,
supone un déficit de viviendas frente a la demanda existente,
y por lo tanto, un freno para su desarrollo.
2) En los pueblos con 40- 80 casas y en los últimos pueblos
construidos existen casas vacías y abandonadas de familias
que se han ido a las capitales a vivir y cuya venta a familiares
de colonos o a personas de Huesca o Zaragoza es complicada por su
mal estado y la inversión que el comprador ha de hacer para
arreglarlas. Pero tampoco ha habido todavía una fuerte demanda
de compra que lleve a tomar la decisión de construir nuevas
viviendas.
En todos los pueblos de colonización, los habitantes han
realizado mejoras en sus casas; transformando parte del patio para
construir la cocina o habitaciones, las viviendas suelen ser bastante
amplias y con todas las comodidades que hoy en día tiene
cualquier casa. En los patios, en vez de animales, hay plantas y
flores. Algunas de las tiendas de los artesanos han desaparecido,
bien por falta de clientes, bien por la cercanía de otros
centros comerciales en la ciudad o en otro pueblo, o bien porque
otros comercios llegan a vender a los pueblos con una furgoneta
. Otras tiendas no sólo no han sido cerradas, sino que han
aumentado el negocio, o lo han diversificado. Es el caso de los
pequeños bares que ahora son restaurantes, o la pequeña
tienda que ahora es el supermercado del pueblo, o el artesano que
se ocupa ahora de la tienda, del banco y del bar .
Las calles están asfaltadas, las casas exteriormente siguen
manteniendo la misma arquitectura homogénea y, en general,
los pueblos están en buenas condiciones. Algunos accesos
siguen siendo muy malos y los bosquetes que rodean el pueblo son
ya grandes pinos que impiden ver las casas desde el camino de entrada
al pueblo. Estos pueblos son barrios adscritos al pueblo cabecera
del Término Municipal, por lo que administrativamente dependen
de él. En las elecciones, cada pueblo elige a sus representantes
en el Ayuntamiento del pueblo viejo y, en algunos casos, eligen
también al alcalde o alcaldesa pedáneo. Esta última
figura es importante porque es a través de ella como cada
pueblo defiende sus propios intereses frente al municipio al que
pertenecen; en los pueblos de colonización donde no se presenta
nadie para ocupar el puesto de alcalde pedáneo existen más
problemas de dependencia del Término Municipal, ya que la
presencia en estos últimos para defender los intereses de
los pueblos nuevos es menor. Muchas de estas personas son alcaldesas,
mujeres adultas que trabajan para mejorar sus pueblos.
La dependencia administrativa del municipio al que pertenecen supone
una falta de servicios sociales y sanitarios en los pueblos de colonización,
aunque no es una problemática solamente de estos pueblos,
sino de todos aquellos pueblos con pocos habitantes. La falta de
servicios implica que los habitantes tengan que desplazarse varios
Kms. para ir a la farmacia, a un centro médico, al Instituto
de Educación Secundaria, al banco, y, por supuesto, para
realizar cualquier gestión administrativa. Siguen estando
abiertas las escuelas de los pueblos de colonización para
que los niños reciban la educación primaria, aunque
son pocos alumnos, pero si quieren seguir estudiando, desde los
11 o 12 años, han de ir cada día al pueblo cabecera
del municipio a continuar su educación. Hay personal sanitario
que acude dos veces por semana al local destinado para la consulta
que hay en los pueblos. Pero la falta de un centro médico
permanente, crea inseguridad a muchos de los habitantes mayores
que temen por su salud, situación que les anima a abandonar
el pueblo e irse a Huesca o Zaragoza con algún familiar,
y en algún caso, a una residencia de ancianos.
Los jóvenes están habituados a salir y relacionarse
con los jóvenes de los pueblos viejos y de las ciudades,
ya que desde niños han salido fuera a estudiar, y el ocio
y la diversión también está fuera de los pueblos,
a excepción de los días en que se celebran las fiestas.
Las distancias se han reducido enormemente y, por ejemplo, los jóvenes
de los pueblos nuevos de la provincia de Huesca salen cada fin de
semana por Huesca para divertirse. Este mayor movimiento hace que
los jóvenes tengan muchos contactos fuera de su pueblo .
La mayor facilidad de comunicación con el entorno, unido
a la necesidad de salir del pueblo para poder llegar a ciertos servicios
a los que todo ciudadano tiene derecho, hace que el coche propio
sea un elemento imprescindible entre los habitantes de los pueblos
de colonización en la actualidad.
Las relaciones entre los vecinos en el presente, según las
personas mayores y adultas, han cambiado mucho. Los vecinos se conocen
más, provocando uniones más fuertes y a la vez mayores
diferencias entre otros, pero generalmente no existen conflictos
importantes. El cambio fundamental en las relaciones, con respecto
a los años primeros, es que cada familia y cada vecino realiza
una vida más en el interior de su casa que en relación
con el resto del pueblo. La frase más utilizada para explicar
esta situación es: "cada uno va más a lo suyo,
somos más individualistas". Situación que creen
generalizable al resto de los pueblos, sean o no de colonización
. Este individualismo es explicado por los vecinos mayores como
una de las consecuencias de la mejora de la calidad de vida, del
mayor acceso al consumo y de que todos disfruten de todo tipo de
comodidades en las casas, algo muy diferente al comienzo de sus
vidas en los pueblos de colonización. Han vivido un cambio
importante en las condiciones de vida .
Sin embargo, los jóvenes ven su pueblo como cualquier otro
de la zona, es donde siempre han vivido, aunque ahora estudien o
trabajen fuera, y se encuentran a gusto en él, donde todos
se conocen y forman un grupo de diversas edades. Echan de menos
que no haya más gente joven y les preocupa el trabajo, aunque
les gustaría vivir en el pueblo, no hay oportunidades de
trabajo en él. La historia del proceso de construcción
de los lugares en los que han nacido la conocen por lo que les han
contado sus abuelos o padres, pero no le dan excesiva importancia
.
Existen asociaciones de amas de casa, de consumidores, de la tercera
edad, equipos de fútbol, grupos de baile, asociaciones culturales,
grupos de artesanía como la cerámica, es decir, hay
cierto movimiento asociativo y participación de los vecinos
en la vida de la comunidad, y suelen ser las mujeres (que principalmente
trabajan en sus casas, aunque entre las menores de 40 años
hay mujeres que trabajan fuera), las que más participan y
animan a los jóvenes para que lo hagan también. Los
lugares de reunión son los locales de estas asociaciones,
las casas, los bares, para los hombres mayores principalmente, y
los jóvenes se reúnen cada vez más fuera del
pueblo .
En general los hombres y mujeres que llegaron a estos pueblos,
después de trabajar duramente, dicen estar contentos de haber
vivido en ellos, por ser algo que ellos han construido y que nadie
les ha regalado. La gran mayoría los consideran sus pueblos,
el lugar donde quieren vivir (algunos, a pesar de que han comprado
una casa en Huesca, no han ido un solo día a dormir allí).
Sin embargo, son conscientes de las diferencias que hay respecto
a los pueblos viejos, donde el arraigo creen que es mayor .
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El futuro |
Dado que los pueblos de colonización
son eminentemente agrícolas, sus habitantes ven el futuro de
los mismos ligado al de la agricultura, y, por lo tanto, complicado.
Creen que seguirá creciendo el tamaño de hectáreas
necesarias para poder vivir de la agricultura y piensan que las tierras
serán cultivadas por muy pocos agricultores . Por la continua
bajada de los precios de los productos cultivados, por la competencia
con otros mercados extranjeros y por la política de subvenciones,
los informantes piensan que la agricultura dejará incluso de
cumplir su función de productora de mercancías para
el mercado . La agricultura dará trabajo a menos personas,
por lo que los habitantes de los pueblos de colonización creen
que de sus pueblos, como de los pueblos viejos, se irá mucha
gente a buscar trabajo fuera, probablemente a la ciudad, y por tanto,
los pueblos pasarán a ser habitados por algunos jubilados y
por veraneantes y residentes de fines de semana que busquen la tranquilidad
del campo frente a la ciudad .
Esta situación hace pensar a algunos entrevistados que el
futuro de sus pueblos, ya que no está en la agricultura,
estará en el turismo rural y las posibilidades que el entorno
natural ofrece, como hacer zonas protegidas ayudados por la Unión
Europea, participar en proyectos europeos destinados al desarrollo,
no ligado a la agricultura, de las zonas rurales, como los proyectos
Leader . De hecho, algunos pueblos tienen ya una casa de turismo
rural y participan en estos proyectos europeos.
Las ideas sobre el futuro no coinciden en la mayoría de
los casos con lo que desearían que fuese, esto es, un pueblo
con gente joven, que siguiera creciendo, donde poder disfrutar de
las ventajas de la vida tranquila en los pueblos y de las comodidades
de la vida diaria que el futuro depara.
Y, para finalizar, una idea que resume la situación en la
que se encuentran en el presente los pueblos de colonización
y sus habitantes, que muestra la evolución por la que han
pasado estos pueblos y uno de los principales problemas que afectan
a su futuro: "Sí estamos contentos de haber venido,
el problema es que no tiene continuidad. Hemos venido aquí
tranquilamente, no nos ha mandado nadie, hemos hecho lo que nos
ha parecido, pero lo malo es que los hijos no se pueden quedar".
(Hombre adulto 1ª generación).
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Textos: Cristobal Gomez Benito
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